Su pluma prolija y versátil condensa sesenta años de experiencia y su nombre figura como piedra angular en el registro de medios como Última Hora, La Prensa, La Crónica y Caretas.
Las unidades de investigación de La República y El Comercio han jugado un papel gravitante en la lucha contra la corrupción en las últimas dos décadas.
Después de casi veinte años, le anunciaron que su programa ya no iba más. Hoy tiene prohibido utilizar el disfraz del dragón porque los derechos son del canal. Debe aprender a ser él mismo.